Llueve, hace mal tiempo y vivimos en esta nuestra tierra en la que cuando no hace sol, nada funciona.
Acabamos de volver de Cubelles y hemos vivido una nueva aventura. Ha caído una buena tormenta en poco tiempo, y, literalmente se ha ido la luz en todo el pueblo. Sí, literalmente. No funcionaban los semáforos, ni el alumbrado de la calle, estaba lloviendo y andábamos los abuelos, el Príncipe en el cochecito, la Princesa (andando), "D" y yo.
Nos hemos metido en charcos, hemos tenido que parar a los coches, para poder cruzar la carretera nacional que cruza el pueblo, y casi nos caemos en alguna ocasión. Esto en el camino de ida. En el de vuelta íbamos con linterna y la cosa ha sido un poco mejor. Incluso hemos podido cobijar bajo la luz de nuestra linterna a una chica que iba sola hacia la estación y al vernos "ha visto la luz".
Al llegar a la estación, nos hemos encontrado al Sr. Sapo.
En el camino de vuelta a la estación recordaba cuando era pequeña y vivíamos más a menudo estas situaciones. Estábamos más preparados en casa ( hasta teníamos el camping gas) y las tiendas hacían el agosto vendiendo velas. Hoy en día buscamos las linternas que tenemos por casa, nos quedamos sin teléfono fijo y en el peor de los casos hasta sin poder cocinar. Los comercios cierran porque no hay lector de código de barras. ¿Donde quedaron las etiquetas? Y como la linterna no tenga pilas "has begut olí", como decimos por aquí.
¿Tanto hace que era pequeña? Estoy escribiendo y parece que hable de la prehistoria... En fin, una historia más para contar a nuestros nietos.
No hay comentarios :
Publicar un comentario