Tengo que decir que desde que aterricé en la familia Soler, el concepto de Navidad cambió. Para mí, el “Tió” sólo cagaba en el cole, pero desde hace unos años también caga en casa, no como es tradición, la noche del 24, sino que nos juntamos toda la familia el día 25 y es entonces cuando caga.
Padres, tíos, primos y los hijos de los primos…en total nos juntamos unas 20 y pico personas y nos reímos muchíiiiisimo. Recuero mi primera Navidad… nunca había visto tantos regalos juntos para mí, supongo que aquel año me porté fenomenal y dieron mucha comida al Tió, cada vez que veía un regalo nuevo con mi nombre, corría hacía mi pareja y le decía: Otro, otro!!! Hay otro par mí!!!
Hoy, siete años después disfruto al ver a mi hija haciendo cagar el tió. La tradición familiar dice que empieza a hacer cagar al tió el más pequeño y acaban los abuelos, así que Andrea es quién empieza la fiesta. Este año ya tiene 17 meses y ha empezado a vivir la Navidad, tendríais que haber visto su ilusión al ver tanto regalo…
Reconozco que es un exceso, que tiene muchos regalos, pero cuando veo su cara de felicidad, todo eso se olvida. Más tarde me tocará racionar los regalos para que juegue con todo, ahora toca vivir el momento!!
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